Desde las entrañas del volcán

Desde las entrañas del volcán
Blog-experimento. Espacio onírico. Utopía en proceso de construcción. Soy comunicadora audiovisual, guionista, escritora, feminista, militante de lo colectivo, artista, activista, anticapitalista y hechicera de la revolución. Colaboro con varias publicaciones y me apunto a un bombardeo. Para propuestas amorosas y proyectos contacta conmigo: garcialopez.alejandra@gmail.com

miércoles, 31 de agosto de 2011

La pérdida es la búsqueda, la búsqueda el encuentro IIparte


 
Mati Klarwein, la anunciación

La joven se despojó de las ropas que le cubrían, dejando su cuerpo desnudo, arropado únicamente por el aire de la cueva, como si fuera el aliento de la tierra, que le soplaba para darle calor. Introdujo un pie en la laguna de verdes aguas y, poco a poco, se sumergió siendo consciente de lo que hacía, un viaje hacia su interior.

Permaneció varios minutos bajo el agua, con los ojos cerrados y aguantando las respiración. Quería llegar hasta el fondo y dejarse llevar por los sentidos, la mente y el cuerpo, para desentrañar las causas ultimas que convertían las sensaciones en conocimiento de su yo. Esa era la verdadera forma de pensar, comprendió.

Bajo el agua se desprendió de sus dolores y sufrimientos, del inmenso peso de la soledad, al advertir que eran fruto del desconocimiento, que con ese viaje a lo profundo dejaría para siempre atrás. Abandonó la oscuridad que la colmaban y se llenó de la energía y la luz que salía a borbotones desde lo hondo de la laguna. Cuando tocó con el pie el alma de la tierra, se impulsó para volver a la superficie y juró que no volvería a huir de si misma.

Al salir, sintió como si hubiera despertado de un profundo sueño en el que parecía haber estado inmersa durante una eternidad. Contempló su cuerpo de mujer, voluptuoso y armónico, lleno de curvas en movimiento como las de una serpiente y sintió la lucidez de haberse quitado el velo. Ese humo sutil que le impedían reconocer la potencia femenina que había en sus adentros.

La energía sensual, luminosa y brutal que puebla la tierra era la misma que sentía burbujear en todos los poros de su cuerpo. Y fue consciente del punto en el que la fuerza creadora había penetrado para fecundarla y beber de su sangre, desparramándose por todo su ser, para no abandonarla jamás.

De esta forma tuvo lugar el encuentro absoluto con sus inquietudes intelectuales y sensoriales, y la asimilación de su personalidad sexual volcánica. A partir de entonces se sintió libre, tanto como el agua del mar y la lava que escupen los cráteres y nunca más volvió a reprimirse, ni dejó que sus miedos, vergüenzas y supersticiones robaran espacio a su verdadera esencia.

La joven, despierta y más viva que nunca, salió de la gruta. Las lechuzas sonrientes le esperaban para acompañarla el resto del camino y hacerla beber de la sabiduría que ellas transportaban. El bosque, de pronto, se volvió luminoso, lleno de belleza y colores, demostrando la fértil alegría que en el reinaba, cuando la persona se atreve a recorrerlo bajo el destello de sus entrañas.

Así,  nunca más se sintió sola, sino cosida al vientre de la madre que hacía posible la vida. Como una pieza más del complejo mundo que es la existencia, y unida a la energía creadora que la identifica.
Fin

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