Desde las entrañas del volcán

Desde las entrañas del volcán
Blog-experimento. Espacio onírico. Utopía en proceso de construcción. Soy comunicadora audiovisual, guionista, escritora, feminista, militante de lo colectivo, artista, activista, anticapitalista y hechicera de la revolución. Colaboro con varias publicaciones y me apunto a un bombardeo. Para propuestas amorosas y proyectos contacta conmigo: garcialopez.alejandra@gmail.com

jueves, 11 de agosto de 2011

La mujer, fuerza serpentina...

Eve with the snake, Franz Von Stuck


Soy una persona de ideas propias. Pero ante todo soy mujer. Las mujeres poseemos la fuerza serpentina, y los hombres requieren de nosotras, lo femenino, para poseerla. Es “La Energía de la Tierra. Es el yo primitivo, el yo físico, que conecta con los elementos: las mareas, los vientos, los animales, la tierra y los ritmos mismos de la vida en nuestro planeta."

Estoy convencida de que antes del hombre fue la mujer. Soy del género del vientre materno, lecho de creación que arropó al primer hombre y con su pecho lo amamantó. La creación es femenina y  la madre tierra, el gran huevo, el gran vientre nutricio,  es mujer. Por eso, desde los comienzos, dioses y hombres adoran a la  fémina y veneran su fertilidad. La Diosa madre es omnipresente desde su origen.

Se especula que antes de que las sociedades tuvieran la forma  patriarcal que subsiste hoy, el tipo de organización que existía era el matriarcado. Unas sociedades gobernadas por mujeres en la que los valores femeninos estaban por encima de los masculinos. La sexualidad, el placer,  la sensibilidad de la madre, el orden, la armonía y la ausencia de violencia caracterizaban este tipo de culturas. La Diosa madre vivía en la mitología de estas sociedades. Hasta que surgieron otras menos civilizadas, más primitivas y falogocéntricas que quisieron desplantar los origenes femeninos. Asi surge la dominación, que nació por aquel entonces, y que vivimos y revivimos nuevamente cada día, hasta ahora. La dominación llega de la mano del hombre cuya virilidad, la potencia de su falo, se ve amenazada por la receptividad de la mujer.

Así surge el patriarcado cuyos dominios hoy siguen vigentes. Pero ni con todas las represiones que nos han impuesto, y su mano dura en la experiencia del placer como forma de restringir a las mujeres, han conseguido eliminar de nuestra psique los vestigios de lo femenino, inscritos en nuestro inconsciente. Aún así la diosa madre fue derrocada y las mujeres reducidas a inferiores, por ser portadoras de un poder excepcional y proporcionar grandes gozos,  y sometidas al varón que desde entonces se ha convertido en protagonista absoluto de la humanidad.

Sin embargo, la huella de la madre sigue presente en el inconsciente colectivo y sale a la luz a través del arte. Lo ha hecho desde el comienzo de los tiempos. Se han encontrado miles de objetos relacionados con la Diosa y la fertilidad. El arte es el medio para conocer las creencias y la esencia de los pueblos. Por eso no hace falta más que remitirnos a los hallazgos de la civilización para comprender lo que llevamos dentro.
Así predominan las representaciones antropomorfas de mujeres y la simbología que alude a su esencia y fertilidad.

La representación artística se articula dentro de una serie de conceptos que son comprensibles para la comunidad, que forman parte de su vida cotidiana y  su ideología. Para los habitantes de estos pueblos los “objetos” que hoy consideramos arte, transmitían un mensaje claro y comprensible, no codificado como se nos presenta hoy día. Todas las sociedades que poblaron la tierra en un periodo de tiempo desarrollaron toda una serie de creencias relacionadas con lo femenino y la fertilidad.

"El concepto de Madre Tierra, como dadora de vida y muerte, otorgadora de habilidades y perpetuadora de la especie es una idea universal, inherente a la raza humana como tal, que observa y convive con los ciclos de la naturaleza e inconscientemente los asocia a la fertilidad de la mujer, venerándola por ello."

Existen diversos símbolos que se relacionan con lo femenino, la espiral, la "V", el zigzag y más formas geométricas que se relacionan con la fertilidad. La espiral se relaciona con la feminidad, las corrientes acuáticas y la serpiente, simbolizan el crecimiento y el cambio constante inherente a la naturaleza. También la concha, la perla, la noche, el agua y la tierra son símbolos de la feminidad del cosmos sexuado, femenino que nos acoge en su seno y nos da la vida.




Nos hemos empeñado en querer hacer de hombre y mujer seres iguales y lo cierto es que, aunque creo que a ninguno debe someterse, ni coartar sus potenciales, gracias a la creación somos entes de esencia diferente, compleja y sutil.

Fin

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