Desde las entrañas del volcán

Desde las entrañas del volcán
Blog-experimento. Espacio onírico. Utopía en proceso de construcción. Soy comunicadora audiovisual, guionista, escritora, feminista, militante de lo colectivo, artista, activista, anticapitalista y hechicera de la revolución. Colaboro con varias publicaciones y me apunto a un bombardeo. Para propuestas amorosas y proyectos contacta conmigo: garcialopez.alejandra@gmail.com

domingo, 31 de julio de 2011

Pesadilla

Johan Heinrich Füssli, la pesadilla.


Anoche sentí su aliento. En mitad de la noche, cuando el calor apretaba y mi psique divagaba por el bosque misterioso. No  veía su rostro pero sentía el pavor de tenerle sobre mí, observándome mientras luchaba por buscar la luz, en lugar de dejarme arrastrar por su oscuridad. Es curioso, casi una contradicción. La oscuridad asusta y no es beneficiosa, a menos que sólo sean pinceladas sutiles para dar contraste a la luz. Aún así, el miedo, la incertidumbre, la espiral del dolor, parecen tener connotaciones por las que nos sentimos atraídos inevitablemente, me atrevería a decir, inconscientemente. 

El rostro tétrico de la noche es también su elemento más misterioso y profundo. La oscuridad en la que nos sumergimos parece de pronto un lugar cómodo, para mantenernos al margen del mundo exterior. Pero estos parajes son peligrosos si no somos conscientes del deseo vital que nos mueve, que nos mantiene vivos. ¿Por qué caemos entonces en estos viajes de descenso a los infiernos?. Nunca son agradables, en cambio, si es agradable volver a la luz después de haber llegado al fondo, o por lo menos a lo más hondo que, hasta ese momento, hemos podido.

La caída en el bosque misterioso nos obliga a pasar ante nuestros miedos, un paseo por las zonas más oscuras, las que permanecen ocultas, nos hacen tomar consciencia de quienes somos verdaderamente. En este cruce de miradas con el lado oscuro he llegado a sentir horror,miedo, falta de valentía, ganas de salir corriendo. Pero es la pregunta de siempre, ¿Prefiero ignorar y ser feliz a medias, en un nivel más superficial? o ¿Prefiero ahondar en las profundidades, con el peligro y el horror que eso conlleva, para que tras tomar consciencia de nuestra verdadera forma, nuestra felicidad sea plena?

Cada vez más, acostumbro a hacer uno de estos viajes. Nunca son fáciles pero reconozco que el misterio y la fuerza, que lo oculto connota, me atraen demasiado. Sería masoquismo si a la vuelta del viaje no hubiera conseguido nada, excepto verle la cara al miedo y después vérsela al dolor. Pero la vuelta siempre es enriquecedora porque regresas con el conocimiento de los orígenes de la frustración o malestar que nos acompaña en la vida.


El instinto destructor, de muerte, forma parte de la vida al igual que su opuesto, el instinto de Eros. No quiero eliminar el instinto de Tánatos, sino ser consciente de él e integrarlo en equilibrio con su opuesto. Si lo intentamos anular se volverá peligroso y saldrá a la luz en su forma más horrible. Los excesos de Eros, o más bien, las ansias de Eros también son peligrosos.  En el equilibrio de estas fuerzas integradoras encontraré la plenitud.
Fin

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