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Danza de las bacantes, Salvador Tuset |
CELDA. INTERIOR. NOCHE
DIONISOS(30) atractivo y de cuerpo fibroso, está encadenado
a la pared de la celda. Furioso intenta zafarse bajo la
mirada penetrante de PENTEO(36) que le observa tras las
rejas.
PENTEO
No hay lugar para ti ni para tus
cultos en Tebas, Dionisos...
PENTEO pasea acariciando con su bastón los barrotes de la
celda, haciendo ruido a su paso, de un lado al otro.
PENTEO
Convocar a las mujeres en el monte
para tus orgías es verdaderamente
depravado...y no lo consentiré como
ya te había advertido...
DIONISOS forcejea con las cadenas, sin éxito.
PENTEO
Pobre Dionisos, que se cree dios
del vino...no tienes nada que
hacer...soy el rey...
DIONISOS
Las mujeres son libres de hacer lo
que quieran...son libres para
seguirme...
PENTEO parece enfurecido.
PENTEO
¡Guardias! ¡Abrid la puerta!
Dos GUARDIAS abren la puerta de la celda y PENTEO entra con
paso firme. Se acerca desafiante a DIONISOS y se agacha para
quedar a la altura de sus ojos. Le agarra por el cuello con
fuerza mientras habla, asfixiándole
PENTEO
Las mujeres dejan de ser libres en
el momento en que beben ese vino
que les das...las enloquece, las
convierte en fieras en celo que no
quieren más corromper a los hombres
con el acto sexual...Mi madre no te
seguiría si estuviera en plenas
facultades...
El rostro de DIONISOS se enrojece y sus ojos se hacen
grandes y brillantes.
PENTEO
Las mujeres de Tebas son mías. Me
pertenecen...Y mi madre también.
Finalmente, suelta el cuello de DIONISOS que da una gran
bocanada de aire, bajo la mirada orgullosa del rey.
PENTEO
Así aprenderás quién manda
aquí...¿O quieres que vuelva a
demostrártelo?
PENTEO le mira desafiante. DIONISOS coge aire y escupe sobre
el rostro del rey un gran chorro de vino tinto. Acto seguido
estalla en una carcajada.
PENTEO respira de forma entrecortada. Sus ojos se llenan de
furia y le tiembla el pulso.
PENTEO
¡Maldito seas! Te arrepentirás de
lo que has hecho...acabaré contigo
al alba...contigo y con tu vino
endemoniado...¡Guardias!
Los GUARDIAS vuelven a abrirle la puerta a PENTEO y le
ofrecen una tela con la que limpiar las manchas de vino que
cubren su rostro. PENTEO se frota el vino de la cara pero
parece haberle quemado la piel.
DIONISOS
Quien teme al vino es porque algo
esconde, Penteo...ten cuidado con
lo que temes...
Los GUARDIAS vuelven a cerrar la puerta y escoltan a PENTEO
escaleras arriba.
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DIONISOS observa sus muñecas adornadas con las cadenas. Se
lleva la muñeca derecha a la boca y muerde fuertemente,
haciéndose un gran corte. De la herida empieza a brotar vino
tinto a borbotones. DIONISOS sonríe poseído y bebe al mismo
tiempo. De pronto, de las muñecas, comienzas a crecer
robustas cepas de vid que rompen las cadenas. DIONISO se
pone de pie y se dirige a la pequeña ventana de la celda
cubierta con barrotes. Agarra los barrotes y la vid lo
envuélve, rompiéndolos.
Finalmente, se asoma y observa un grupo de MUJERES(20-50) en
corro, esperándole bajo la celda. Las MUJERES van vestidas
con piel de corzo y llevan en la mano tirsos, un palo
coronado con una piña. En medio del corro hay un montón de
hojas de vid que hacen de colchón para amortiguar su caída.
Las MUJERES alaban a DIONISOS cantando a tres voces.
MUJERES
¡Evohé!, ¡Evohé!, ¡Evohé!
MONTE. EXTERIOR. NOCHE
En la cima de la montaña hay una hoguera rodeada de MUJERES.
Unas tocan el aulós, otras timbales y tambores, entonando
una melodía estridente y caótica.
A un lado yace DIONISOS, coronado con vid, sobre unas pieles
contemplando la escena. A su lado, ÁGAVE(50) le da uvas y
rellena su copa de vino.
ÁGAVE
Penteo es un inconsciente...aunque
sea mi hijo merece morir...
DIONISOS
Tranquila Ágave...su destino
acabará con él...
DIONISOS contempla a las mujeres al ritmo del ditirambo,
dando palmadas. Las MUJERES cubiertas con diminutas pieles
danzan alredor de la hoguera moviendo sus tirsos y sus
cabeza arriba y abajo.
La MUJER 1 y MUJER 2 traen en brazos a un cabrito que dejan
en frente de DIONISOS. La MUJER 1 clava la uña de su dedo
índice, larga y afilada, en el cuello del carnero,
rebanándoselo. DIONISOS se acerca y se pone debajo, bebiendo
de la sangre del animal. Las MUJERES ríen frenéticamente
contemplando la escena y cuando el dios termina de beber le
siguen algunas féminas.
DIONISOS con la boca, aún manchada de sangre besa a ÁGAVE
apasionadamente. ÁGAVE comienza a desnudarse, desgarrando
sus ropas, frenéticamente.
Una a una, se van sucediendo las MUJERES para besar a
DIONISOS, contagiándose así de esa locura.
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Desde la copa de un árbol, escondido entre las ramas se
encuentra PENTEO observando la escena. Las MUJERES ahora
desnudas desgarran al cabrito y se lo comen crudo.
DIONISOS muerde una de sus muñecas y se la ofrece a las
féminas que beben del vino que mana de sus venas y danzan
extasiadas.
PENTEO frunce el ceño y avanza un poco sobre la rama que
finalmente cede y se rompe. PENTEO cae del árbol.
Inmediatamente, las MUJERES dejan de danzar y miran al árbol
del que ha caído el rey. PENTEO se sacude las vestimentas e
intenta controlar los nervios.
Algunas MUJERES comienzan a caminar en dirección al rey.
Mientras otras reanundan la melodía ritual. DIONISOS ríe a
carcajadas.
DIONISOS
Oh, querido Penteo, en buen lugar
has ido a caer...ahora serán las
ellas las que te demuestren el
poder que tienen y quien manda
aquí...yo no voy a hacer nada más
que disfrutar de la escena...
Las MUJERES cada vez están más cerca de PENTEO, encabezadas
por ÁGAVE. PENTEO observa a su madre con temor y empieza a
dar pasos hacia atrás con cautela, hasta que finalmente el
tronco del árbol se lo impide.
Las MUJERES acorralan a PENTEO. ÁGAVE se adelanta unos
pasos.
ÁGAVE
Déjarme empezar a mi...y recuperar
lo que es mío, mi sangre...
Los ojos de PENTEO se llenan de lágrimas.
PENTEO
¡Madre!, ¡no serás capaz!
ÁGAVE emite un alarido desgarrador y se abalanza sobre su
hijo mordiéndole el cuello y bebiendo de su sangre. Acto
seguido las demás mujeres se abalanzan sobre él y entre
todas lo devoran.
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DIONISOS está rodeado de serpientes. ÁGAVE se acerca con la
cabeza de PENTEO coronando su tirso y se la ofrece a
DIONISOS.
ÁGAVE
Que delicia de
cortejo...afortunadas las que
participamos de tus dones...Toma la
cabeza de mi hijo en símbolo de
agradecimiento...
ÁGAVE clava el tirso con la cabeza de su hijo en la tierra.
ÁGAVE
Y tómame a mi como mensajera de tus
misterios...
DIONISOS se acerca a ella. Introduce su mano en la
entrepierna de la mujer, de la que empieza a brotar vino,
bajo la mirada cómplice del resto de MUJERES que danzan a su
alrededor, esperando a ser poseídas por el dios.
MUJERES
¡Evohé!, ¡Evohé!, ¡Evohé!
FIN