Lacayos de la casta, aspirantes a heredar los privilegios, que se creen en posesión de la gracia y la divina representación de la realidad por aprehender con naturalidad la falsa verdad del sistema en el cual viven y el cual perpetúan con pensamientos que creen como propios y están impuestos por la lógica discursiva de la sociedad de mercado.
Hasta el coño de discursos simples y demoledores como todo el capitalista/neoliberal, forjador de una subjetividad equivalente, según el cual es evidente que no se puede formular otra alternativa a la de: destrozar nuestro planeta y que la mitad de la población esté en la miseria mientras la otra mitad debe viajar incansablemente, inundando de actividad frenética cada rincón del mundo, comprando y vendiendo lo que sea para que unos pocos privilegiados puedan disfrutar del verdadero lujo. Y los que no lo vemos tan evidente somos todos gilipollas porque pensamos que nuestros coches funcionan con redbull. Este mundo genera miseria y lujo y en medio, la ignorancia de la clase media. La subjetividad es uno de nuestros mayores problemas.
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