- Agente velador, desconstructor de fantasías. Sus aristas son la tinta invisible de la historia que le da cuerpo y lo sostienen. Instinto, deseo y castración dramatizados en el inconsciente. La imaginación dialoga con este ente, símbolo de lo oscuro, cuya arma letal es la fijeza. Obstinado, aparece solícito sin que nadie le invoque. Enardece, excita, revoluciona y trasciende. Morador de las tinieblas del océano de pulsiones que ahogan. Cueva en la que gozan dioses y hombres y elemento fálico que de las profundidades emerge . Provocador de tormentas internas, naturaleza antisistémica cuyo manto blanco despoja de cordura y ciega. En la hora más oscura penetra sin impunidad ni mesura. Cuando se vuelve invisible, a la luz del día, su peso es un yugo que perturba y envilece.
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