...El futuro no es tan lejos. Todo lo contrario. Es muy cerca. Es casi ahora, más bien un poco después, pensaba el marchito hombre de pelo plata en cuyo ceño fruncido podía observarse el rastro de la extrema preocupación...Porque en realidad, reconozcámoslo aunque no nos guste, el presente dura muy poco. Se extingue en cada segundo prácticamente, murmuraba entre susurros mientras se dejaba caer, extasiado, sobre el sillón orejero que había junto a la lumbre...¿Y el pasado?,¡oh!...el pasado no debe atraparnos demasiado, casi nada. Nada más que lo justo...
El viejo de edad imponderable contemplaba, en la esfera de su reloj de bolsillo, las marcas de expresión que habían aparecido alrededor de su ojo...El tiempo ya no existe. El movimiento ya ni siquiera es. El tiempo soy yo y yo ya no me muevo. Estoy muerto y conmigo él.
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